
En IRISANA trabajamos cada día para garantizar que nuestros productos no solo sean funcionales y sostenibles, sino también seguros para el contacto con los alimentos. Y esta seguridad no es solo una promesa: está respaldada por la legislación europea más exigente y por rigurosos controles de calidad que aplicamos en cada fase de fabricación.
¿Por qué es importante la legislación sobre materiales plásticos en contacto con alimentos?
Cuando hablamos de materiales que van a estar en contacto con los alimentos —como botellas reutilizables, pajitas de silicona o tapones—, la prioridad absoluta es la salud del consumidor. Por eso, en la Unión Europea se aplica un marco normativo muy estricto, principalmente recogido en:
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El Reglamento (UE) Nº 10/2011 sobre materiales plásticos.
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El Reglamento (CE) Nº 1935/2004, marco general de seguridad para materiales en contacto con alimentos.
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El Reglamento (CE) Nº 2023/2006 sobre buenas prácticas de fabricación.
Estos reglamentos garantizan que los envases y utensilios no transfieran sustancias peligrosas a los alimentos ni alteren sus propiedades. Vamos a ver cómo.
1. Protección de la salud del consumidor
Los materiales plásticos y otros componentes deben pasar ensayos de migración global y específica, en los que se utiliza un simulante alimentario que reproduce de forma intensificada las condiciones reales de uso (temperatura, acidez, grasa…). Así se comprueba que los materiales no liberan sustancias en niveles que puedan suponer un riesgo.
En IRISANA realizamos estos ensayos en cada lote de producción, incluso en materiales como el vidrio borosilicato, que no están obligados legalmente a pasar estas pruebas. Es parte de nuestro compromiso.
2. Respeto por la calidad del alimento
Los materiales deben conservar intactas las propiedades del alimento: sabor, olor y composición. Por eso se realizan también análisis sensoriales, que permiten detectar cualquier olor o sabor no deseado que el material pudiera transmitir.
3. Control de sustancias autorizadas
Solo pueden utilizarse sustancias incluidas en la llamada "Lista de la Unión", actualizada con frecuencia. Esta lista establece restricciones concretas para cada componente (monómeros, aditivos, estabilizantes...).
Además:
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El bisfenol A (BPA) está prohibido en biberones y artículos infantiles, y su uso en otros productos está fuertemente limitado.
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Las aminas aromáticas primarias (AAP) tienen límites de detección muy bajos por su potencial toxicidad.
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Incluso las NIAS (sustancias no añadidas intencionadamente, como impurezas o subproductos del proceso) deben cumplir los mismos criterios de seguridad y son evaluadas individualmente.
4. Aditivos de doble uso y migración controlada
Algunos aditivos están autorizados tanto como aditivos alimentarios como en plásticos. En estos casos, la legislación se asegura de que no migren en cantidades que puedan tener efectos técnicos no deseados sobre los alimentos o exceder los límites legales.
5. Uso de plásticos reciclados: bajo control
El uso de plásticos reciclados, especialmente los de origen post-consumo, está regulado de forma estricta. Se requiere autorización por parte de la EFSA (Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria), y a menudo se aplican barreras funcionales para evitar migraciones de sustancias no autorizadas.
6. Información al consumidor y trazabilidad
Los productos deben ir correctamente etiquetados con la indicación “para contacto con alimentos” o el símbolo de copa y tenedor. Esto permite un uso seguro y adecuado: por ejemplo, saber que un envase diseñado para frío no debe meterse en el microondas.
Además, se exige trazabilidad completa en todas las fases de la cadena de suministro, permitiendo identificar rápidamente cualquier incidencia y retirar productos si fuera necesario.
7. Buenas prácticas de fabricación
Los fabricantes deben seguir procedimientos estandarizados y rigurosos que aseguren la repetibilidad y fiabilidad del producto. En IRISANA aplicamos estas buenas prácticas a rajatabla, no solo por obligación legal, sino por convicción.
8. El compromiso de IRISANA: calidad desde el diseño
Nuestros productos, como las botellas IRISANA, están compuestos por materiales cuidadosamente seleccionados:
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Vidrio borosilicato, resistente y seguro.
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Plásticos de alta calidad, como polipropileno (PP) o Tritán, con migración indetectable.
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Siliconas seguras, como la Silicona Platinum, utilizada en nuestras pajitas reutilizables, con niveles de migración prácticamente nulos.
Antes de lanzar cualquier nuevo producto, revisamos exhaustivamente las sustancias autorizadas, priorizando siempre aquellas que presentan menor riesgo de migración a los alimentos.
9. Declaración de Conformidad: una garantía oficial
Cada lote de producto cuenta con su correspondiente Declaración de Conformidad (DoC), un documento oficial que certifica que cumple con todas las normativas aplicables. Incluye información sobre:
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Los materiales utilizados.
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Los ensayos realizados.
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Los aditivos incorporados.
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Las normativas que cumple.
Esta documentación es la base para que las autoridades sanitarias puedan verificar la seguridad del producto, y para que el consumidor pueda confiar plenamente en él.
En resumen: confianza, compromiso y transparencia
En IRISANA no solo cumplimos con la normativa, vamos más allá para garantizar la seguridad alimentaria. Aplicamos pruebas incluso en componentes no obligatorios y seleccionamos siempre los materiales más seguros disponibles. Porque creemos que un buen diseño no es solo una cuestión de estética o funcionalidad: también es salud, confianza y responsabilidad.
Cada gesto cuenta. Y cada elección también.